Nuestra América de José Martí ante el mayor desafío geopolítico de la globalización

 jose marti

 

Tomado de ALAI: Agencia Latino Americana de Información.

Por Miguel Ángel Barrios.

El pasado 28 de enero se cumplió un aniversario más del natalicio de José Martí ocurrido un 28 de enero de 1853. El sistema mundo iniciado hace cinco siglos como proceso histórico multidimensional que va mucho más allá de la economía y abarca la historia, la cultura, la tecnología, la geografía, la política, etc. y que genera centros y periferias y viceversa, pero que no implica necesariamente una integración mundial ni una cultura cosmopolitita universal que anule los particularismos regionales, en su actual fase de globalización ha entrado en una etapa de crisis. Krisis que viene del griego y significa inflexión, no decadencia.

El «orden» mundial se va tornando multipolar, desoccidental y multicivilizacional por primera vez desde que existe la política mundial desde el siglo XV. Evidentemente, los Estados que unifican un poder político continental serán los únicos actores con capacidad de autonomía o sea soberanía. No estamos ante el fin del Estado, sino ante el nacimiento de un nuevo tipo de Estado: el Estado Continental industrial.

El Estado Continental industrial está representado por aquellos espacios geográfico-continentales que se articulan en un poder político y suman cinco dimensiones de Poder: político, científico-tecnológico, industrial, económico, militar y cultural; la suma de ellos brinda la Renta Geopolítica de ese Estado. Únicamente son Estados Continentales industriales en la actual fase del sistema mundo, que es la globalización: EEUU, China, Rusia, India. Europa constituye un signo de interrogante, Irán un Estado Región estratégico que busca unificar la civilización islámica y América Latina y el Caribe, que hoy se encuentra ante una fortaleza relativa.

Más aun, el macizo geopolítico suramericano sufre la amputación de una mitad, a través del golpe de estado de Temer en Brasil y en la Argentina, más que el triunfo de Macri, las divisiones del peronismo llevaron al triunfo electoral a un partido como Cambiemos, en el que sus dirigentes son cómplices de los fondos buitres, siendo que es la primera vez que llegan al poder a través de una opción electoral y no de un golpe de estado.

Esto obliga a repensar nuevas estrategias, para no repetir errores, y más aún, cuando vemos en el peronismo «múltiples peronismos”, pero con una gravedad, la división de fondo radica, no en un peronismo no democrático y otro democrático, sino en el fondo, en un peronismo pronorteamericano y en un peronismo latinoamericano.

Es decir que el verdadero debate pendiente, que debe ser no a escondidas sino en la plaza pública si es necesario, pasa por auto comprender que la cultura es el conjunto de elementos materiales y espirituales de un pueblo, por lo tanto hacen a su identidad y a la libertad, porque un pueblo solo es libre en el nosotros de su cultura, en el fondo la cultura es la dimensión más profunda de la soberanía de los pueblos.

Y si esto no lo entendemos, en una fase de nacionalismo y proteccionismo que entramos ahora en el sistema mundo, no de desglobalizacion como dicen algunos, no tenemos salida. Y más aún, en el tiempo estratégico de los mal llamados bicentenarios, sino de lo que debe ser nuestra independencia definitiva.

Por eso, no debe pasar desapercibido, como ocurrió, el aniversario del último libertador José Martí (1853/1895). Héroe de las guerras de independencia, mártir de la América Latina toda y fundador del Partido Revolucionario Cubano, primer partido político de la historia de la América Latina que se plantea como objetivo la liberación continental en sentido bolivariano, a tal punto que propone que había llegado la hora de la segunda independencia.

El pensamiento martiano es poseedor de un carácter revolucionario que transitó del anticolonialismo al antiimperialismo, uno de sus rasgos peculiares. Estaba convencido que la verdadera batalla para ganar, era la de las ideas: “Cada hombre trae en si el deber de añadir, de domar, de revelar. Son culpables las vidas empleadas en la repetición cómoda de las verdades descubiertas». (Martí, 1953, Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, Tomo IX, p. 303).

El periodo 1881-1889 fue el más prolífico en la producción de su ideario educativo.

En el prólogo a «Cuentos de hoy de mañana» de Rafael de Castro escribió. “Por la educación se ha venido entendiendo la mera instrucción, y por la propagación de la cultura la imperfecta y morosa enseñanza de modos de leer y escribir. Un concepto más completo de la educación pondría acaso rieles a esta máquina encendida y humeante que ya viene rugiendo por la selva, como que trae en sus entrañas los dolores reales , innecesario e injusto de millones de hombres».(Martí, 1953, obra citada, tomo XIX, p.160).

En noviembre de 1883, afirma: “La Educación es preparar al hombre para la vida». (Martí, 1953, obra citada, tomo XXIII, p. 278).

Insistió en no brindar una educación meramente práctica y utilitaria, que forme al hombre para el trabajo y con el excesivo afán de su existencia material, en olvido del cultivo de la forma bella de las manifestaciones del hombre: la espiritual. En suma, plantea la complementación entre lo práctico y lo trascendente como polos no contradictorios.

Así, el cultivo de la dignidad, el amor a la patria y su defensa son condiciones indispensables en su concepción filosófica de la educación.

La concepción de la educación que sustentó Martí posee una lógica interna que se integra en un núcleo vital: la educación como preparación para la vida.

La situación histórica en la que le tocó vivir a Martí, lo convierte en un caso sui generis entre los pensadores y políticos latinoamericanos del siglo.  Si en efecto, llevó a su finalización la gesta iniciada por Bolívar, pertenece a la generación de los unificadores y es también precursor de la generación del 900 y de la segunda y definitiva independencia, esta vez contra EEUU.

AL enfocar la educación como política hacia la identidad, plantea: “El buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país y cómo puede ir guiándolos en conjunto…El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país»  (Martí, Nuestra América, Losada, Buenos Aires, 1938, p.64).

¿Qué es el conocimiento para Martí?

«Conocer es resolver.Conocer el pais y gobernarlo conforme al conocimiento es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los Incas a acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia .Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. No es más necesario. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos». (Martí, Nuestra América, obra citada, p. 84).

Hoy podemos decir, sin dudar para aclarar una confusión, que la educación no es sinónimo de cultura. La cultura es la identidad de un pueblo y la educación es la transmisión intencional de una cultura y de los valores. La educación es plural pero no neutral.

Educar en la hora actual de la segunda independencia es crear un sujeto pedagógico autónomo, libre, creador y comprometido con su tierra y su pueblo. Es prepararse para la vida. Esto no está tan claro, porque la didáctica, que es una rama de la educación referida al cómo enseñar, fue hegemonizando a la educación. Por eso, hay que volver a Martí. Porque nos encontramos ante el dilema geopolítico máximo: ser la Patria Grande o la nada. 

Y nada mejor que terminar con una enseñanza de Martí para estos tiempos de grises: “los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen».

Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.